
Sin lugar a dudas, la segunda. Las crisis no te convierten en la persona que eres; más bien, muestran la clase de persona que eres. La manera como Saúl y David actuaron en momentos críticos sirve de ejemplo. ¿Qué infeliz decisión tomó el rey Saúl cuando vio que su reino se desmoronaba? Consultó a una mujer (ver 1 Sam. 28). ¿En quien se apoyó David cuando enfrentó momentos críticos? En Dios (ver Sal. 56:3).
Encontraremos un ejemplo de esta convicción cuando, forzado por la feroz persecución de Saúl, David huyó a territorio filisteo (ver 1 Sam. 27). Cierto día, cuando David y sus hombres regresaban a Siclag, su hogar filisteo, encontraron que los amalecitas había saqueado y prendido fuego a la ciudad (ver 1 Sam. 30) y se habían llevado cautivos a las mujeres y a los niños.
El impacto de lo ocurrido fue tan grande que David y su gente lloraron hasta quedar sin fuerzas (vers. 4). Pero ahí no quedó el asunto. Los soldados de la tropa culparon a David por lo sucedió. Incluso quisieron apedrearlo.
La situación de David no podía ser peor. Saúl lo buscaba para matarlo. Los filisteos no lo veían con buenos ojos. Los amalecitas habían destruido su ciudad y llevado cautivos a las mujeres y los niños. ¡Y ahora sus propios soldados querían apedrearlo! ¿Como respondió David en el momento de crisis? Puso su confianza en el Señor su Dios (vers. 6). Recordó las evidencias del favor de Dios en su vida, e inmediatamente busco la dirección de dios para saber como debía proceder. El resultado fue que, guiado por el Señor, pudo rescatar a todos los cautivos. ¡Ni uno solo perdió la vida!
Si estas atravesando por un momento de crisis, he aquí una fórmula ganadora:
- Pon tu confianza en Dios,
- Recuerda lo bueno que el Señor ha sido contigo en el pasado y
- Ora pidiendo dirección divina.
Oración: "Padre celestial, ayúdame para que en el momento de prueba yo pueda poner mi confianza en ti."
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